Historia Corta por
D.E.J.QUILO©
Decisiones en la Oscuridad.
Viernes en la noche, unas horas más tarde, Alberto
medio sentado en su cama en su habitación, viendo la televisión con la luz
apagada, escucho que llamaban a la puerta, hasta ni el mismo se acordaba que el
timbre se había descompuesto unos días atrás y que debía de haber llamado a
un electricista para que lo reparara,
así que Alberto salió de su puerta y se dirigió por fuera en el jardín hacia el
frente de la casa, en donde llamaban a la puerta, para su asombro eran unos
policías, uniformados adecuadamente y con el registro de pertenencia a la
policía, y la llamada placa policial, en que les puedo ayudar -les dijo-
Alberto, sonriendo sin ningún afán, entonces se adelanto uno de los policías,
claro que si -dijo el policía- soy José Aturdo,
pertenezco a la 6ta división de policías de esta ciudad de San Miguel, como ve
aquí está mi placa,…y ¿aquí es donde vive la señora Julia Almibara?, verdad, le
pregunto el policía viéndolo con una cara tenas, está en lo correcto señor
-dijo Alberto- pero ella no está, salió hoy en la noche, no estoy seguro de la
hora pero eran como las 7:35 pm, y cuando ella sale de fiesta no se sabe a qué
hora regresara, Alberto se sintió algo intimidado con el policía pues era un
tipo de rostro recio y muy serio, algo alto y una voz ronca, vamos hablar con
usted, cual es su nombre le dijo el policía, me llamo Alberto Barqueta,
respondió el pobre quien no entendía nada de lo que estaba sucediendo, pero
Alberto pensó que tal vez algo le había ocurrido a la señora Julia, está bien, ¡hablemos!
entremos a la casa -le dijo- el policía José Aturdo, así que Alberto
los encamino al comedor, se sentaron y comenzaron a interrogarlo
despiadada y serena mente, Alberto sentado, solo, sin saber nada estaba
dispuesto a responder con la verdad si le preguntaban algo y así fue, entonces
el interrogatorio empezó, responda con una palabra -le dijo- el policía, ¿Cuánto
tiempo tiene de mantener esa relación sexual con la señora Julia?, ¡ninguna!-
dijo Alberto- ¿Usted hace todo lo que ella le pide?, ¡en ocasiones no!
respondió Alberto, ¿Cuales ocasiones?, -le pregunto el policía- con una cara de
duda, pues….así como hoy me dijo que me iba a despertar cuando viniera de su
noche de fiesta, yo no lo iba a hacer, entiendo -dijo el policía- ¿pero qué tal
si le ofreciera un pago a cambio?, le pregunto, lo haría, entonces Alberto se
sonrió por un instante y –dijo-, pues claro, ¡si me está pagando!, pues…si…..lo
haría, respondió el pobre y ingenuo Alberto, pues si verdad, -dijo el policía-
levantándose de la cilla y analizando todo lo que miraba a su alrededor, el
policía con un gesto dio una orden, y los demás policías acataron la orden
inmediata mente, unos subieron las escaleras, y otros fueron al jardín, Alberto
solo miraba impávido lo que sucedía sin decirles nada, de todos modos que le
importaba a él, media vez no lo llevaran preso todo estaba bien, así que la
policía termino su investigación, salieron de la casa y se dirigieron a sus
autos, Alberto le siguió los pasos, ¡por hoy hemos terminado aquí!, -le dijo-
el policía José Aturdo, a un Alberto preocupado, pero para salir de la duda
Alberto le pregunto del porque de su investigación, ¡dígame señor!, ¿porque
están investigando a la señora, su casa y aun a mi?, entonces el policía con su
cara recia le respondió viéndolo de frente, la señora Julia es investigada por
un asesinato el cual se perpetro el día miércoles, y si ella es investigada
también todos los que la conocen, y más aun usted que está en la casa solo,
¡pero yo soy solo su jardinero! -dijo Alberto- ¡pues mas por eso! -le dijo- el
policía, Alberto se quedo parado sin moverse casi pensando en lo injusto que
eso era, mientras los policías se montaban a sus autos y encendían las luces
roja y azul, y ya cuando se iban el policía Aturdo paro un instante el auto
bajo la ventanilla y solo -le dijo- el policía, ¡volveremos!, y Alberto con un
gesto -dijo que si-, solo viendo como se iban y se alejaban.
Esa misma noche, Mientras Julia y Erika, llevaban su
vida al límite, un bonachón hombre de familia se preparaba para salir a comer a
uno de sus restaurantes, Tomas Potros su esposa e hijos, al restaurante dónde
irían esta vez quedaba tan solo a unas cuantas cuadras de las montañas de la
ciudad, era un restaurante para tener un poco de tranquilidad, Tomas Potros
llego con su familia al restaurante, le abrió como todo un caballero la puerta
del auto a su esposa, tan ruin y engañador pero así lo hizo, el portero los
guio a su mesa, un lugar reservado solo para ellos, se sentaron, se reían, creo
que ni ellos sabían porque, pero aun así lo seguían haciendo, medio riéndose,
Adriana la esposa de Tomas se levanto de pronto, ¡tengo que ir al baño! -dijo
ella- está bien, te vamos a esperar para pedir la comida, -dijo Tomas- está
bien, ¡voy rápido! -dijo Adriana-, al mismo tiempo en que Adriana iba al baño,
también se levanto de cilla, un sujeto alto delgado y muy bien parecido,
Adriana tomo el camino al baño y el sujeto también, hasta este momento todo
parecía tan normal, pero fue cuando Adriana entro al baño cuando todo cambio,
pues el sujeto siguió a Adriana, ella empujo la puerta y el la ayudo, y solo
medio entraron al baño comenzaron a besarse desenfrenada y acaloradamente, ¡te
amo! -le decía- Adriana a este desconocido y el igual mente le correspondía,
ella lo freno y le dijo que tenía que volver a la mesa, Tomas esperaba
impaciente a que su esposa regresara de el baño, ya estaba a punto de ir a
buscarla cuando llego a su mesa un camarero, ya decidió que va a pedir señor, -le
dijo- el camarero amablemente, ah…si…claro, le respondió, mientras la buscaba
en dirección al baño, y… es que estoy esperando a mi esposa, -le dijo- Tomas
con una discreta sonrisa, diciéndole eso estaba Tomas al camarero, cuando
Adriana apareció viniendo apresuradamente del baño, ¡Por fin! -le dijo- Tomas a
Adriana con una cara de disgusto, ahora si ya podemos pedir muchacho -le dijo-
Tomas al camarero, está bien señor, le contesto, mientras Tomas y su familia
pedían la comida, un sujeto bien vestido
de lentes estaba sentado en el mismo restaurante, llevaba una intención pero
nadie lo sabía, era casi imposible descubrir tal verdad, el pelo peinado hacia
un lado algo largo, con bigote y lentes de aros de metal, delgado, medio alto
de tez blanca y un traje gris oscuro, voy a ir al baño –dijo- Tomas,
levantándose de la mesa, claro que si, -dijo- Adriana, ¡te esperamos! replico
Adriana, ¡No! comiencen a comer, no me esperen, vendré rápido, replico Tomas,
pero tomas no tenía ninguna buena intención de volver rápido, pues su intenso
deseo de sexo lo llevaría hasta detrás del restaurante atravesando la cocina, a
la cual su intención era llevar a una joven camarera que le había gustado,
Tomas sabia que la parte de atrás del restaurante no tenía una buena luz, ya
que era tenue y escaza, así que Tomas dirigió sus pasos a la cocina y no al
baño y por supuesto que la joven camarera estaba allí, Orelia Carmín, era una
joven que vivía sola con su padre, ella era las más pequeña de 3 hermanas,
Tomas llego a la cocina, y sin detenerse la busco Orelia estaba por servir una
orden, cuando Tomas la detuvo, la tomo de su brazo y la llevo afuera por la
puerta trasera, hablando y diciéndole en voz alta que no estaba conforme, pero
esto era toda una excusa para llevarla con él para algo mucho más intimo y nadie
iba a contradecir al dueño y jefe de todos, Tomas había logrado lo que quería, Orelia
eres hermosa como te deseo, te deseo demasiado, le decía el descarado Tomas, el
cual tenía a su familia en el restaurante, adentro en el restaurante, el sujeto
que había besado unos minutos atrás a Adriana era un ex novio de la
universidad, así que paso por su mesa despidiéndose de ella, la cual comía con
sus hijos, el tratando de disimular lo que todavía sentía por ella y lo que había pasado en el
baño, ¡hola Adriana! ¿Como estas?, -le dijo- ¡hola amigo! ya no te había visto,
-le respondió ella- si…verdad, ya tenemos mucho tiempo sin vernos le dijo él, ¿ellos
son tus hijos?, continuo él con la plática, si…ellos son, le respondió ella
riéndose feliz, entonces él los saludo amablemente y le pregunto por Tomas, y
tu esposo, ah…pues… fue al baño y ya no regreso, tal vez este por allí, sí,
creo que yo lo vi entrar a la cocina -dijo el amigo- de Adriana, que tengan una
feliz noche, se despidió el, dándole un beso en la mejía, gracias amigo -le
dijo ella- correspondiéndole, en ese mismo instante en que el amigo de Adriana
se iba, se levanto el sujeto de lentes, con peinado hacia un lado, salió detrás
del amigo de Adriana, en la mesa del sujeto solo había quedado un pastel de fresa
sin terminar y un café moca frio, mientras Tomas terminaba su noche de sexo con
la camarera, el sujeto de lentes para nada sospechoso apareció de la oscurana,
se quedo esperando a que terminara con la chica, entonces todo termino, la
chica más que feliz se miraba triste y desorientada por lo que había sucedido y
entro al restaurante, Tomas solo se arreglaba la camisa y el pantalón, cuando
escucho un sonido, Tomas voltio a ver y en medio de la oscurana, el sujeto de
lentes lo tumbó al suelo con un golpe con algo solido, luego sin corazón le
coloco una bolsa en la cabeza y le enrollo cinta con pegante en el cuello y
termino con la vida de Tomas, el sujeto escapo en la oscuridad sin
remordimientos, Tomas había muerto en cuestión de minutos, Orelia, la chica con
la cual había estado Tomas esa trágica noche volvió a salir por la puerta trasera para hablar con él,
pues “ella”, la camarera quería renunciar, y como no lo encontró dentro del
restaurante, ella pensó que tal vez no había entrado y estaría allí, así que Orelia salió por la
puerta trasera y allí encontró a Tomas, asfixiado, ella se devolvió al
restaurante asustada, tomo el teléfono que estaba en la cocina por donde estaba
el congelador de carnes, las manos le temblaban, y llamo a la policía, con una
voz entrecortada, llegando ya la madrugada,
la policía se encontraba en el restaurante vacio, la esposa de tomas
envió a sus hijos con sus abuelos en un carro de policía y ella lloraba sin
consuelo, la policía interrogaba a cada uno de los trabajadores, y especial
mente a Orelia, pero la pobre camarera les dijo lo que había pasado entre Tomas
y ella unos minutos antes de la muerte él, la policía se la llevo a un hospital
para sacar una muestra de ADN para ratificar lo que ella les había dicho, todos los empleados se fueron a sus casas y
les dijeron que ese restaurante estaría cerrado solo por un día, uno de los
policías le pidió información al recepcionista del restaurante y si todos los
comensales eran registrados y si los habían contado a todos, el joven les
–dijo- que siempre era así, para tener un orden por cada mesa, y que afuera se
habían colocado unas pequeñas cámaras de seguridad, la policía se centro en un
objetivo, las reservaciones y los comensales, al igual que las cámaras.
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