Paramortis.
Historia Corta por
Elías Quilo.
D.E.J.QUILO©
El terruño está solo, no hay nadie allí, en donde
están las lagrimas que corrieron por el rostro de la viuda, a un lado solo hay
un condón usado, la sucia venganza del no amor que cometió el muerto, adulterio
y malicia yacía en la mente del muerto, gris y feo tipo, hediondo a cloaca con
perfume de buen precio, el adultero y traidor del amor verdadero, que las
mujeres se pelean por encontrar, cementerios vacios en el día de los enamorados,
flores marchitas que cuelgan de los floreros de piedra, una débil llovizna se
asoma entre las nubes grises de ese día, la joven mujer destruida por el engaño
del marido, no lo llora por la muerte del muerto sino por la traición que el
muerto forjo con su viril hombría.
La pobre desdichada, con el delineador de ojos
escurrido por la cara, en el camino de la lagrima, solo piensa en la otra, la
que le quito el verdadero amor a su corazón, la mujer sola, parada a lado de la
tumba del muerto, que murió casándose con otra mujer, el pañuelo lleno de
lagrimas escurridas mescladas con amargura, el corazón en la mano, quiere
gritar decir lo que siente pero no puede, lo amaba de verdad, y el traidor con
testículos pero a la vez sin ellos, los dejo en una media casa en un lugar
oscuro lleno de maldad, la mujer esta triste, demacrada, ya no está feliz, que
es lo que hará.
Sale por su puerta de mañana, después de tomar el
desayuno, saca la basura, entre unos minutos sale de su casa rumbo a la nada,
como una buena mujer no sabe a dónde ir, se sienta en la cilla de un
restaurante de comida rápida, observa a
todas las personas sin quitarles la vista de encima.
Unos ojos de deseo la
observan, es un tipo alto igual de feo que el muerto, el,.. la sigue viendo ella
no le pone importancia pero para ella es imposible, el, no le quita la vista de
encima la desea con ansía, ella, ha caído en la trampa del amor, se levanta
discreta, sin dar un paso atrás, sale del restaurante y camina con paso fijo
hasta una esquina oscura, el, la sigue igualmente, ella está enamorada y ansiosa de saber si el, es quien ella espero toda su vida, y más aun
cuando el muerto la engaño,
ella espera, al tipo que la vio con deseo, está
preparada para entregarle todo su cuerpo a él, lo espera, y entonces voltea la
esquina, pero no está solo, tres tipos vienen con él, la desean, y ella solo
deseaba al tipo alto, no a los otros, pero que puede hacer, fue engañada ahora
está en peligro.
así que se van a un hotel lejano, la toman a la fuerza, la
desnudan y complace a los cuatro uno por uno, pero los tipos no han terminado,
hablan entre ellos a fuera de la habitación, la joven y hermosa mujer está
asustada, las manos le tiemblan, no sabe qué hacer, el tipo, de quien ella se
había enamorado y deseado, entro por la puerta de la habitación.
¡bueno
preciosa!, -dijo el sujeto-, ¡eres de pelo rubio castaño!, ¡ojos grandes marón
claro!, ¡piel blanca y suave!, ¡cuerpo bien tonificado!, ¡ni gorda ni flaca!, ¡de
voz fina!, ¡eres toda una joya que hoy fue vendida por poco dinero!, ¡eres toda
una prostituta!, -replico el sujeto-, que ella tan solo unas horas atrás había
amado,-ella se ríe-, con una sonrisa nerviosa, como si estuviera medio dormida
y borracha camina hacia la ventana, riéndose entre dientes, la dulce mujer está
en aprietos, a cometido la peor de sus decisiones, ella está perdida, la
hermosa fue vendida y secuestrada,
una lagrima recorre su bello rostro, y ella
con la mirada perdida en un horizonte ficticio, solo puede ver su oscuro futuro
de sexo y muerte, ella esta desnuda media tapada con la sabana de la cama, su
ropa perdida, ella se tambalea arrastra su espalda por la pared, mas lagrimas
salen de sus ojos, pues lo sabe muy bien, su deseo de encontrar el verdadero
amor la llevo a un calle sin salida,
el sujeto solo la observa, y de su boca solo
sale una palabra aterradora, ¡ya es hora!, por la puerta de la habitación
entran los otros tres sujetos, pero no vienen solos, ahora demás tipos entran por
la puerta, “ella”, conoce al miedo, los sujetos la observan con lujuria y maldad,
“y ella”, lo primero que sale de su boca al ver a los demás sujetos es, ¡por
favor, no me lastimen!, ¡nadie te va a lastimar preciosa!, -dice uno de los
tipos-, y continua con una sonrisa macabra en la cara diciendo, ¡solo queremos
amarte!, ¡solo eso!, “ella se cae en el suelo”, tapa su rostro con su suave
mano, sus lagrimas son imparables, la hermosa mujer está a punto de ser
maltratada, ultrajada, su hermoso cuerpo va hacer profanado, los sujetos se
desnudan, le arrebatan la sabana, con la cual ella había cubierto su cuerpo
desnudo, y ella solo decía con su suave vos, ¡por favor, mi esposo, me va a
rescatar!, ¿cuánto dinero quieren?,
aun que ella sabia la verdad, el marido
muerto traidor que la engaño, nunca la amo de verdad, nunca podría salvarla,
todos los tipos estaban desnudos, unos tipos la tomaron de la cintura mientras
se reían, otro tipo grande la sostuvo en el aire, -un tipo dijo-, ¡dejen al
grandote que la va a disfrutar!, “ella” no forcejeaba para nada, ¿cómo podría
hacer algo, pensaba en gritar, pero el miedo no le dejaba, uno la tomo del pie
derecho y jalaba con fuerza, entre todos los tipos eran como diez, contando con
los que la engañaron de primero, ahora desnuda en la cama, sin poder huir
estaba destinada a morir o ser una prostituta enferma, su desenfreno por el
engaño de su marido muerto la había llevado a eso y la falta de amor, “ella”,
solo seguía implorando para que la dejaran ir, y su hermoso cuerpo yacía desnudo en esa cama sucia mal oliente, los
tipos armaron una algarabía, todos se peleaban por quien sería el primero en
cometer maldad, en contra de la joven y hermosa mujer.
Las habitaciones del hotel eran continuas, una a la
par de otra, separadas nada mas por una pared, pero se suponía que el hotel
estaba vacío, pero no, en medio del bullicio de los tipos desnudos, la joven
mujer seguía implorando la dejaran ir, así que uno de los tipos la cayo
golpeándola fuerte mente en la pierna, el dolor fue intenso, ella, solo cero su
boca, plegó sus dientes, cero sus ojos, y resistió el golpe, y aquí cambio la
noche de lujuria y maldad.
Lo primero que sucedió, fue que después que el tipo
golpeara a la joven mujer, un fuerte golpe retumbo la pared que separaba las
habitaciones, después de nuevo otro golpe aun mas fuerte resquebrajo toda la
pared, los tipos desnudos, dejaron a un lado a la joven mujer, estaban
asustados, ella jalo la sabana y tapo su cuerpo desnudo, ella con su suave vos
volvió a suplicar la dejaran ir, pero como siempre un tipo dijo, ¡cállate o te
mato!, la joven mujer estaba aun mas asustada, pero los tipos también, entonces
se escucho una voz ronca y potente, ¡ya! ¡déjenla libre!, ¡porque hoy morirán!,
entonces uno de los tipos replico diciendo, ¡no, ella morirá antes que nosotros
muramos!, así que la tomaron y la sujetaron con la sabana, entonces la ronca
voz se volvió a escuchar -y dijo-, ¡voy a atravesar esta pared! ¡y estoy seguro
que ella no morirá!, ¡pero todos ustedes si!, y continuo diciendo, ¡no sé si
saben de mi! ¡pero yo no tengo piedad del mal!, yo me llamo “Paramortis”, y en
ese mismo instante la pared se partió en pedazos y apareció un tipo más grande
musculoso y algo gordo de piel algo morena y blanca con una pesada armadura de
hierro que le cubría todo el cuerpo, y en un instante le arranco la cabeza a
uno, le desmembró la pierna a otro, y trituro a otros, todos los tipos desnudos
estaban muertos, la joven mujer en un rincón de la habitación acurrucada
cubierta por la sabana estaba aterrada por lo que había visto, Paramortis se
acerco a ella, ¡no tengas miedo de mi!, -le dijo- con so voz fuerte, ¡te
observé en el cementerio! ¡pero tú no me viste!, ella, alzo la vista viéndolo
con temor y llorando, en la cara recia de Paramortis había una sonrisa, ella, -le
dijo- ¡no te vez malo!, ¡pero tengo miedo de ti!, ¡entiendo! -dijo Paramortis-,
¡siempre te he amado!, ¡pero me es imposible!, ¿porque dijo ella?, ¿porque no
me puedes amar?, ¿soy hermosa para ti?, ¡si, eres tan hermosa como la luz!, ¡pero
yo soy Paramortis!, ¡el ángel!, “ella”, se enamoro de él, luego le dio un beso
en la mejía y su vista se perdió en lo más asombroso que le había sucedido, lo
contemplo sin quitarle la vista, “el, no hizo
nada”, entonces la envolvió en la sabana la llevo a su casa y la cuido
todos los días.
PARAMORTIS:
El demoledor del mal, su espada negra de roca nunca
pierde el filo, su hoja flamea en fuego, su armadura de hierro no puede ser
atravesada, ha estado en la tierra por más de 14,000 años, siempre cuida a las
mujeres jóvenes que suplican libertad.
PARAMORTIS
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