La Guerra de La Cordura
Historia Corta Por
D.E.J.QUILO©
Allí, en medio de los extensos campos de mis
pensamientos, yacían dos ejércitos, uno, sus guerreros tenían armaduras
platinadas y brillantes, los otros, tenían armaduras oxidadas y opacas, se levantaron
banderas de guerra, las ordenes estaban dadas, entonces, así fue como inicio
todo, los batallones que se contaban por miles de millones, avanzaron por el
campo como en una maratón, corrían para encontrarse con su adversario, con sus
espadas afiladas, los valientes guerreros de la conciencia, corrían con valor,
en cambio los oscuros guerreros de la inconsciencia, peleaban por deseo de mal,
la batalla continuo, por horas y horas, hasta que se levanto la bandera de
tregua, una sola decisión, un solo paso, para destruir, o para arreglar, los
dos batallones, uno guiado por el general Malicioso Satisfacción, y el otro
guiado por el general, Correcto Moral, la batalla, de pensamientos, era ardua y
catastrófica, cada vez que los guerreros de Correcto Moral, ganaban, algo bueno
le sucedía a mis pensamientos, así que
los guerreros negros de Malicioso, harían lo imposible por ganar, los valientes
guerreros platinados, pelearon hasta el cansancio, pero no ganaron la batalla,
De nuevo otro día, y como siempre, se tocaban
trompetas, y los dos ejércitos volverían a la interminable guerra de La Cordura,
solo que ahora, los ejércitos del mal, tenían apresada a la dulce inteligencia,
la doncella más hermosa que se halla visto, la batalla por salvar a la
doncella, era difícil, nadie tenía el valor de enfrentar al fuerte, Idóneo, ya
que sus fuerzas provenían de su razonamiento mal formado, pero entonces, un
guerrero de armadura platinada, se ofreció para pelear con él, todos los demás
guerreros estaban sorprendidos, pues era el formidable y fuerte Balance,
desenvainaron espadas, y la batalla cuerpo a cuerpo empezó, ¿por qué negarte,
si lo puedes hacer?, golpeo duro, Idóneo, entonces el valiente, Balance, golpeo
también, ¡no hay justificación para hacerlo!, y mucho menos cuando es egoísmo!,
Idóneo volvió a golpear, ¿pero si el deseo te lleva, por qué no?, Balance,
debía de acabar con él, tomo su firme espada, y golpeo, ¡aunque el costo de tu
deseo, sea la muerte!, después lo sabrás y será muy tarde, golpeo de muerte Balance,
a Idóneo, la batalla de Balance e Idóneo, había terminado, entonces hubo paz,
en el gran reino de la mente.
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