Comienzo a caminar me encuentro en la acera,
descalzo, desvalido sin comienzo sin cariño. Y sigo caminando y sigo caminando.
Estoy arto de que quieran apacharme no, no
podrán ya que punzo como espada en la garganta, punzo como espina, punzo como
clavo. Y sigo caminando y sigo caminando.
De los regalos de la vida, con zapatos ahora en
los pies me siento en las nubes, ya los pies no me duelen, me siento alto me,
siento fino. Y sigo caminando y sigo caminando.
Me encuentro en un parque, la noche es oscura, me siento como
ciego no hay bombillas no hay luz, un grito me congela me veo como tonto, los zapatos o te mato, me
los quito y huyo como perro maltratado. Y sigo caminando y sigo caminando.
Sin zapatos otra ves, me han robado el orgullo
me han quitado la conciencia, entonces pierdo la cabeza, el enojo me gobierna,
poner un arma en mi mano con balas de justicia. Y sigo caminando y sigo
caminando.
Me encuentro en una plaza en una calle conocida,
ventas y mas ventas me rodean zapatos, pantalones, y camisas observo bien a
todos lados un deseo me arrebata, la tristeza me inunda como rio desbordado no
dejo de pensar en mis zapatos. Y sigo caminando y sigo caminando.
En una esquina en una venta algo llama mi
atención, eran mis zapatos bien lustrados, bien acomodados ¡fuera mendigo fuera
dice el vendedor lo miro me acuerdo, es la cara del ladrón. El enojo se
enciende en mi interior los zapatos de la esquina grito fuerte, eres el ladrón,
ladrón de pobres de mendigos la sangre gota a gota nos extraen, pero ya basta
vos eras el ladrón, el que corrompe, el que destruye la esperanza, el que dejo
descalzos a mis pies. De un golpe lo derribo la cara le he quebrado la sangre
que borbolla como agua de una bolsa, agarro los zapatos huyo victorioso, me los
pongo y vuelvo a caminar estoy contento estoy feliz ya nada me detiene. La justicia me embarga,
el corazón he alquilado, ahora soy libre.
Y sigo caminando y sigo caminando.
Soy pobre pero no ladrón, mendigo pero no
corrupto, soy pobre pero no matón. Soy mendigo, delgada es la muerte gorda la
ignorancia pero y que a nadie le importa necios de cabeza astutos para el mal y
a nadie le importa a nadie, quieres engañarme, no soy ciego, no soy sordo
calculo como sabio tu intención, ya que golpeo con cordura. no me importa tu
amenaza, soy libre y dueño de mi alma. Yo duermo en la noche, la acera es mi
cama yo soy la sabiduría, huyo si tengo
que huir peleo si tengo que pelear. ROPAS VIEJAS CON ZAPATOS NUEVOS Ahora podre patear.
Y sigo caminando y sigo caminando.
Dedicado a aquellos que piden monedas en la
acera de las calles y no les dan.
Dedicado a los justos.
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